02-11-2015
Al mediodía del lunes 2 de noviembre se realizó en la Secretaría de Trabajo provincial la reunión entre el Sindicato y el Frigorífico Troceadero Don Juan. Convocadas por las autoridades, estuvieron presentes Daniel Roa (h), Manuel Forni y Alejandro Gómez. Por la contraparte lo hicieron los socios Alejandro Castelló y Enrique Piaggio, junto a Oscar Valdéz (Apoderado).
Tras una serie de planteos, al final el Sindicato, mostrando su voluntad dialoguista aceptando pasar a un cuarto intermedio por 10 días corridos, para tratar de arribar a una solución a sus reclamos. Durante ese período no se realizará en dicha planta productiva, ninguna acción directa.
Es de destacar que se arribó a esta instancia dialoguista, pues el viernes anterior, la Secretaría intervino e invitó a las partes al encuentro efectivizado en la misma; motivo por el cual el Sindicato levantó la medida de protesta.
Previo al inicio de la reunión entre las partes, existió una maniobra de parte de una docena de patronales que sin estar convocadas a la reunión, intentaron tomar parte de la misma. Lo cual fue rechazado de plano por el Sindicato.
Es de hacer notar que esta instancia dialoguista con Don Juan, con 10 días sin protestas, no incluye al resto de las plantas productivas que se niegan a la discusión salarial y a dar respuestas a los reclamos laborales del Sindicato.
12-11-2015
SANTA FE-ARGENTINA Marfrig es uno de los grupos frigoríficos de Brasil, instalado en Argentina. Ahora anunció su decisión de vender las operaciones que le quedan. A dicha venta se agrega la de la firma Marfood (en Estados Unidos). Trascendió que las negociaciones de ventas están muy avanzadas.
La decisión de vender se tomó en septiembre y obedece a que el grupo tiene una estrategia de búsqueda de mayor rentabilidad. Se había instalado en Argentina en 2006; y entre sus compras estuvo la de la planta de Hughes (a la firma Argentine Breeders and Packers, situada en la provincia de Santa Fe).
Fue el inicio de una expansión que llevó a la firma a operar 8 plantas. Pero con el paso de los años achicó sus operaciones y cerró frigoríficos. Mantiene operativa la planta de Villa Mercedes (San Luis), y sigue siendo dueña de establecimientos, como el de Vivoratá (cerca de Mar del Plata), Unquillo (Córdoba) y el de Hughes, entre otras. En el país, maneja las marcas Tacuarembó, Aberdeen Angus, Gauchos Beef y La Morocha. La nueva apuesta del grupo es a enviar carnes desde Brasil al mercado de Estados Unidos. El Congreso estadounidense debe firmar el acuerdo.
En ese país del norte continental venderá sus unidades destinadas al beef jerky Marfood (producción de carne seca conocida como beef jerky) que tiene en Detroit. El grupo no deja la actividad carnea: simplemente que le conviene exportar más carnes desde Brasil.
Mientras tanto, el grupo mantendrá sus 4 plantas frigoríficas que maneja en Uruguay. Tanto en Brasil como en Uruguay, las conveniencias productivas se centran en lo bajo que son los salarios de los trabajadores. De esta forma, pagando menos, puede lograr más ganancias. También seguirá produciendo en Chile, con corderos y seguirá siendo el principal importador de carne bovina. En este sentido, el grupo compra carnes a precios baratos en Brasil y Paraguay, y los comercializa en Chile. Ejerce el control del negocio en el país.
Por otra, el grupo sigue avanzando en negocios que le son más rentables en el sector de food service (en EEUU), en la región de Ásia, Pacífico, Medio Oriente y Africa.
El grupo posee diversas áreas, como son las dedicada a carnes bovina, ovina, aves, peces e industrializados. Dispone de plantas productivas, comerciales y de distribución en 12 países. Sus productos llegan a alrededor de 100 países diferentes.
En síntesis: Marfrig se va de Argentina, no porque no le convenga económicamente, sino porque le conviene más producir (o comprar) allí donde los salarios son muchos más bajos (que en Argentina). Es pòr una cuestión de mayor rentabilidad, y no debido a las políticas desarrolladas en Argentina, donde se privilegió garantizar el consumo de carnes para todos los sectores sociales, particularmente para los de menos capacidad económica (Publicado en www.prensamare.com.ar).
01-12-2015
SANTA FE-ARGENTINA Desde que se conoció que el presidente electo ha sido Mauricio Macri, el precio de la carne aceleró su ritmo de suba. Los carniceros deben pagar más cara la media res, llegando al promedio de $ 53 por kilo (para el último día de noviembre).
Ello significa un aumento de 32,5% comparado con los $ 40 que se abonó a fin de octubre (al efectuarse la primera vuelta en las elecciones presidenciales). Pero todo indica que no ha llegado al techo del 2015, y se anticipan (o sospechan) más subas.
Un elemento que influye en esta maniobra es la expectativa por la reapertura de las exportaciones, con permisos más flexibles para vender a otros países; como así también la promesa de la quita de retenciones; y la de una devaluación del peso que se impulsa desde todo el equipo de Macri (y por él mismo).
Todos estos elementos, conjugados, llevan a que los ganaderos (en pleno mes de ventas elevadas, por las fiestas navideñas) prefieran guardar sus animales para llegar al peso necesario para poder vender al exterior lo producido.
Así, al ‘faltar’ carne, se eleva el precio. Pero aún se espera una suba importantísima, cuando el nuevo gobierno fije la nueva cotización del peso ante el dólar.
El índice novillo (indicador que se elabora en base al precio de esta categoría de mercado, en Liniers), se elevó el 15,8% hasta las 24.991 unidades, un nuevo récord. Pero debe recordarse que desde el 23 de octubre (vísperas de la primera vuelta presidencial), subió un 28% cuando estaban en 19.518 unidades.
Se detecta la faltante de terneros y novillitos, que son animales de menos de 400 kilos (que no se exportan). Pero ante la posibilidad de mejorar el negocio exportador, el productor prefiere guardar los animales y engordarlos durante 2 a 4 meses para llegar a un peso superior a los 400 kilos (de manera de que sean vendibles al exterior).
Toda esta situación –aún sin que Macri haya asumido- ya está actuando en contra del bolsillo del consumidor. Porque el precio en mostrador o góndola sigue aumentando (sin techo visible), mientras que el salario del trabajador e ingreso de jubilados se encuentran fijos.
Quienes defienden las teorías y fundamentos de “los mercados”, afirman que es un proceso temporario y que la actual retención de animales se va a traducir en una sobreoferta para dentro de unos meses. Y que ello hará bajar los precios.
Sin embargo, ello no es real, ni se condice con lo que históricamente ha ocurrido en el país, pues los precios nunca retroceden. Por otra, si existe una sobreoferta a futuro, ella será para atender las exportaciones. Por lo cual, los animales se irán a precios internacionales a mercados foráneos. Por lo que podría ser previsible, que esa ventaja de exportar incida nuevamente sobre los precios internos, pues la excusa será: “es mejor vender afuera que en el mercado interno”.
Pensar que de los novillos pesados que se exportan, quedará en el mercado local los cortes con hueso, ello no es garantía de baja alguna. Imaginar que dentro de 5 o 6 meses va a existir para el consumidor final asado y puchero (que no se exportan y quedan siempre dentro del país), con precio más bajo que el actual, es un disparate. Acaso el argentino común deberá esperar medio año para consumir carne a un precio razonable...?
En el año 2001, la irresponsabilidad (falta de control permitiendo el ingreso –contrabando- de ganado en pie desde Paraguay) del gobierno de Fernando De la Rúa produjo un brote de aftosa en el norte-este argentino. Por lo que EEUU (y sus mercados asociados) suspendió las importaciones de carnes.
El tiempo demostró que ello –además- respondió a una maniobra de protección de sus propios productores, que no querían el ingreso (y competencia) de carnes argentinas.
Luego de muchos años de gestiones internacionales, la diplomación argentina (del gobierno de Cristina Fernández), consiguió meses atrás que se revierta esa prohibición. Así, el mercado estadounidense comenzará a recibir carnes argentinas, a lo que se agregó Canada. Se espera que se sumen Corea del Sur y Japón. Estas exportaciones, con un control estatal, que garantice la existencia de carnes en precio razonable en el mercado interno, hubieran significado una noticia saludable para el país.
Sin embargo ahora, con la promesa de total libertad de exportar, sin interesar la atención del consumo interno a valores razonables, se puede convertir en otro elemento que dispare los precios carneos (en mostrador y góndola).